Impuesto sobre Transacciones Financieras (ITF), comúnmente conocido como la Tasa Tobin en España, inicialmente dirigido a gravar transacciones especulativas en divisas, fue concebido por el economista James Tobin en la década de 1970. Surgió como una medida para reducir y estabilizar las fluctuaciones en los tipos de cambio en los mercados de divisas.
A lo largo de la década de 1990, la Tasa Tobin se asoció con movimientos antiglobalización que abogaban por su aplicación a un rango más amplio de transacciones internacionales. Se proponía como una forma de desincentivar la especulación financiera y generar ingresos destinados a fines sociales. A pesar de su popularidad, no se implementó en ningún país en ese momento.
Durante la crisis económica de 2008 y los debates posteriores sobre la regulación financiera, resurgió la idea de la Tasa Tobin como una opción para gravar las transacciones financieras internacionales, pero su aplicación sigue siendo limitada.
En España, la Tasa Tobin o ITF entró en vigor el 16 de enero de 2021. Este impuesto grava las transacciones financieras realizadas por operadores financieros con un tipo impositivo del 0,2%. Es importante resaltar que se aplica sobre la base imponible y no sobre los costos asociados a la transacción.
Este impuesto afecta únicamente a las acciones de empresas españolas con una capitalización bursátil superior a 1.000 millones de euros. Actualmente, en España, hay 57 empresas que cumplen con estos criterios.
Inicialmente, el Gobierno español propuso que los ingresos recaudados se destinarían a financiar las pensiones. Sin embargo, a pesar de las expectativas iniciales de recaudar 850 millones de euros, en 2021 solo ingresaron 288 millones.