La gestión fiscal abarca la administración y manejo de bienes y fondos públicos asociados con la recaudación, adquisición, conservación, gasto, inversión y disposición de recursos financieros. Este proceso está bajo la supervisión estatal con el propósito de garantizar el cumplimiento de las normativas fiscales y prevenir posibles sanciones por parte de la agencia tributaria.
Dentro de la gestión fiscal, se realizan labores fundamentales como la asesoría y planificación fiscal, que comprenden la orientación a los contribuyentes sobre el cumplimiento de sus obligaciones tributarias. Esto se sustenta en principios de eficiencia, economía, equidad, consideración de costos ambientales y eficacia.
La supervisión y vigilancia de la gestión fiscal resultan esenciales para detectar irregularidades. En varios países, los inspectores de la Hacienda Pública se encargan de identificar posibles incumplimientos en las declaraciones de impuestos que podrían resultar en pérdidas para el erario público.
En España, la supervisión fiscal es realizada por un cuerpo especial de la Guardia Civil en colaboración con inspectores de Hacienda, responsables de asegurar que tanto personas físicas como jurídicas cumplan con sus obligaciones fiscales.
Dado que la normativa fiscal experimenta cambios constantes, es crucial estar al tanto de las obligaciones fiscales y buscar orientación profesional si es necesario para asegurar el cumplimiento adecuado de las obligaciones tributarias, incluyendo la revisión de declaraciones de impuestos pasados en la declaración de la renta, el IVA y el pago de tributos.